Blog sobre diferencia entre  mascarilla y acondicionador para el cabello.

Blog sobre diferencia entre mascarilla y acondicionador para el cabello.

¿Cuál es la diferencia entre el acondicionador y la mascarilla?

Aunque puedas creer que la mascarilla y el acondicionador son productos muy parecidos, lo cierto es que existen diferencias entre ellos. ¡Descúbrelas aquí!

 

 Como ya sabrás, si buscas tener un pelo bonito y sano, es importante que sigas una rutina de cuidados específicos para tu tipo de pelo. En esa rutina, el protagonista suele ser el champú, pero no es el único producto que debes usar para conseguir la melena de tus sueños. Junto a él, el acondicionador y la mascarilla forman el trío ganador para mantener un pelazo de envidia.

Diferencia entre el acondicionador y la mascarilla

Algunas personas deciden usar un producto y dejar de utilizar el otro. ¡Error! Ambos son completamente necesarios para tener un pelo nutrido, por eso es tan importante que aprendas cuál es la diferencia entre acondicionador y mascarilla.

1. ¿Cuál es su función?

Su cometido es la gran diferencia entre acondicionador y mascarilla.

Acondicionador: El acondicionador sirve para hidratar el pelo y dejarlo suave después de haber limpiado en profundidad con el champú. Su fórmula es ligera, lo que ayuda a poder aplicar el producto a diario.

Protege la fibra capilar de las agresiones diarias, te ayuda a controlar el encrespamiento y a conseguir un pelo brillante. Además, es un producto cuyos beneficios y resultados se pueden observar a lo largo del tiempo.

Mascarilla: Este producto sirve para hidratar profundamente y dejar el pelo suave. Existen muchos tipos y texturas diferentes y deben elegirse en función de tu tipo de pelo.

Podríamos decir que es un tratamiento nutritivo mucho más completo, pues su fórmula está más concentrada. Aporta todos los nutrientes necesarios, ayuda a recobrar la salud de la fibra capilar y a sellar la cutícula del cabello.

2. ¿Cómo se aplica?

Dos productos distintos, dos maneras de aplicarlos.

En el cuidado facial, siempre se recomienda aplicar los productos de más ligero a más denso. En el cuidado capilar, el orden es justo el contrario. 

Paso 1: champú
Aunque el champú parezca lo más fácil, recuerda que el peinado empieza en la ducha. La clave reside en usar la fórmula adecuada. Nutritivo, reparador, fortalecedor, para pelo teñido, de volumen… la descripción complementaria que figura en la etiqueta puede llegar a marearnos un poco. Si bien los factores externos, como el clima, la estación o el estilo de vida, pueden alterar las necesidades de nuestro pelo, elige el champú según el tipo de cuero cabelludo que tengas,te basta con una pequeña cantidad del tamaño de una moneda. Evita los ingredientes agresivos, como los parabenos, los sulfatos, los químicos, ya que los ingredientes naturales van a proteger más que ninguna otra cosa la salud de tu pelo. Si tienes el cuero cabelludo graso, lo que mejor te va es un champú purificante. Si por el contrario es seco, apuesta por productos que sean nutritivos, hidratantes y suavizantes. Los champús tratantes, como el anticaspa, solo se deben usar una vez a la semana. Altérnalo con un champú hidratante para optimizar los resultados.


Paso 2: mascarilla
No te quedes solo en el clásico combo de champú y acondicionador. “Tienes que ir un poco más allá si quieres un extra de nutrición. Las mascarillas acondicionadoras intensas son un remedio rápido, ya sea para mimar tu melena un poco más, darle un buen repaso después de una coloración, rehidratar la fibra capilar, reparar los daños de las herramientas de calor, reparar puntas abiertas o darle vida al cabello. Aplica la mascarilla antes del acondicionador, no después. El champú abre los folículos pilosos, de modo que si ponemos la mascarilla justo después del lavado, los ingredientes acondicionadores penetrarán mejor. Déjala reposar de 3 a 20 minutos y aclara. Úsala solo una vez por semana. Recuerda que, si tienes el cabello fino, debes limitar el uso de mascarilla capilar a una vez por semana, o incluso una vez cada dos semanas, o corres el riego de acabar con un pelo apelmazado o demasiado lacio.

Paso 3: acondicionador
Al igual que ocurre con el champú, el acondicionador que elijas influye y mucho en que tengas un día de buenos o malos pelos. “Elige el acondicionador según la textura del cabello". 

Una vez aclarado el champú y sobre el pelo mojado, el acondicionador se aplica de medios a puntas. Normalmente, se aclara al instante sin necesidad de dejar un tiempo para que haga más efecto.

Paso 4: tratamientos sin aclarado
En crema, loción, spray, aceite… los tratamientos sin aclarado vienen en multitud de formatos. Busca una fórmula que sea a la vez nutritiva y ligera. Acondicionar bien nuestro pelo nos ayudará a conservarlo sano, a retener la hidratación y restaurar su equilibrio después del champú. El acondicionador sin aclarado es un paso clave justo antes del peinado,elígelo basándote en tu tipo de cabello. Utiliza un aceite, seguido de un serum, si tienes el pelo seco o dañado. Si tu pelo es graso, evita recargarlo con mucho producto. Con unas cuantas gotas de aceite de argán es suficiente para alisar y darle brillo al pelo, es lo que yo uso. Empieza a aplicarlo desde la nuca y hacia arriba.

 

 

3. La textura

La textura es muy distinta y es que ayuda a que cada producto cumpla con los objetivos de la fórmula.

Acondicionador: Su fórmula es más ligera, lo que permite su aplicación diaria.

Mascarilla: Como hemos comentado más arriba, es un tratamiento reparador más completo, por lo que su textura es más densa, pero no por ello menos cremosa.

 4. Frecuencia de aplicación

La frecuencia con la que usar cada producto es otra gran diferencia entre acondicionador y mascarilla.

Acondicionador: Está pensado para usarlo a diario, cada vez que laves tu pelo.

MascarillaSe suele usar una vez a la semana. Y es que la mascarilla hidrata mucho en profundidad y un uso excesivo podría apelmazar el pelo y engrasarlo.

Aunque también es cierto que dependerá de las circunstancias del momento. Por ejemplo, en verano, cuando el pelo está expuesto a más factores agresivos como el sol o el cloro de las piscinas, será beneficioso aumentar su frecuencia de uso y utilizar la mascarilla un par de veces por semana.

Y algo que les une.

 Al tener funciones y texturas diferentes, es posible usar el acondicionador y la mascarilla a la vez, ya que se complementan perfectamente y aportan beneficios muy interesantes (y necesarios) para la salud de nuestro cabello.

 

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